Por Carlos Sepúlveda
Ciudadanos por Chile es una de las organizaciones de la sociedad civil que aparecieron en la franja televisiva por el plebiscito que se acerca. Ellos van por la opción de Rechazo y Convención Mixta y en los 24 segundos que dura su intervención, se afirma que los parlamentarios serían más aptos que otros ciudadanos para escribir una nueva Constitución y que el derecho a la propiedad privada corría peligro con una nueva Carta Magna. Sin embargo, ninguna de estas afirmaciones resultó ser cierta según lo investigado en esta verificación.
Desde Factchecking.cl nos comunicamos con el dirigente gremial de Ciudadanos por Chile, Sergio Pérez, quien dice: “Los parlamentarios son elegidos por voluntad popular y no por la academia, por lo tanto, nadie puede garantizar que tengan el grado de conocimiento de temas constitucionales”. Tras ser consultado por la discrepancia entre su discurso y lo dicho en la franja televisiva, asegura que desconoce cómo llegó esa información a ser publicada. Pérez nos derivó con otro integrante de la organización, José Gregorio Pinto, pero no obtuvimos respuesta. Cuando tratamos de buscar mayor información sobre sus miembros nos encontramos con una página web en mantención y redes sociales con escasa actividad.
Ahondando en la presunta mayor aptitud para redactar la Constitución por parte de los parlamentarios, el abogado constitucionalista y profesor de la Universidad de Chile, Jorge Barrera, asegura: “Un ciudadano tiene perfectamente las mismas capacidades que tiene un político para poder redactar o no una Constitución, principalmente, porque los políticos tampoco son ellos mismos los que redactan todo”.
Fernando Atria, abogado constitucionalista y presidente del movimiento Fuerza Común, enfatiza que, en este contexto, hay peligros en una Convención compuesta mayoritariamente por políticos y que, por tanto, la afirmación no es concordante con la realidad: “El lugar más evidente de las patologías políticas que han llevado al descrédito ciudadano es el Congreso. Por lo tanto, si la mitad de la convención son parlamentarios, sería un despropósito”.
Esto da cuenta de una situación interpretativa donde hay consenso, pero queda claro que no hay un discurso común en la organización que emitió el mensaje.
