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Químico de limpieza no sirve para combatir el coronavirus, es peligroso para la salud

“Dióxido de Cloro: un enfoque revolucionario, sencillo y eficaz". Vendedor de pomada, Andreas Kalcker.  

Ante la incertidumbre que ha causado la pandemia producida por el covid-19, varias son las soluciones que se proponen para enfrentarlo. Una de ellas es la ingesta del químico utilizado para la limpieza de piscinas: dióxido de cloro. Esto, además de ser falso, es peligroso para la salud de las personas.

Por Madeleine Herrada, estudiante del curso Análisis Comparado de Periodismo, con la colaboración de María Josefina Fernández y Sofía Molina, estudiantes del curso Comunicar la Ciencia.

Un tratamiento que es difundido por internet como mecanismo de prevención y tratamiento del covid-19, es el dióxido de cloro.

Andreas Kalcker, quien asegura ser científico biofísico, es uno de los promotores del uso del dióxido de cloro, también conocido como Mineral Miracle Solution (MMS). Este compuesto se vende como clorito de sodio y, generalmente, en compañía de un activador de ácido cítrico. Estos dos productos deben mezclarse para generar la solución.

Andreas Kalcker, científico que promueve el uso del dióxido de carbono para combatir el covid-19.

Sus libros y estudios han sido bajados de varios portales de ventas e investigación ya que el compuesto que promueve ha sido declarado peligroso e incluso tóxico en varias oportunidades, por organismos como la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA).

Otro organismo que se ha pronunciado es el Instituto de Salud Pública (ISP), que, en abril de este año, publicó un documento titulado Alerta Producto Clorito de Sodio y Dioxido de Cloro. Aquí se refiere específicamente a este producto, prohibiendo la venta y promoción en farmacias y locales establecidos; ya que no se trata de un medicamento sino de un “desinfectante de piscinas”. 

Kalcker, en sus redes sociales oficiales dice que se debe ingerir directamente el químico en una solución acuosa, lo cual representa peligro de intoxicación. Según explica la Presidenta de la Sociedad de Toxicología de Chile, Fernanda Cavieres,  el dióxido de cloro es un sanitizante de superficies, que en algunos países se utiliza en dosis mínimas para potabilizar agua, pero no como tratamiento para personas.

La ingesta de dióxido de cloro es ampliamente rechazada y no recomendada por los expertos.

Por otra parte, una publicación del Departamento de Salud y Servicios para las Personas Mayores de New Jersey asegura que el dióxido de cloro emana gases tóxicos que irritan los pulmones, provoca tos y falta de aire, además de ser un producto inflamable y reactivo, es decir, propenso a tener reacciones químicas al tener contacto con diferentes sustancias, incluso al agua que es el componente con el que se debe ingerir según Andreas Kalcker.

De acuerdo a un reseña toxicológica de la Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades de Estados Unidos: “Si usted tragara grandes cantidades de dióxido de cloro o clorito (de sodio), podría sufrir irritación de la boca, el esófago o el estómago”. En general, como se explica en este informe, una dosis pequeña en el cuerpo se logra filtrar y eliminar a través de la orina a los pocos días, sin tener efectos más grandes. Sin embargo, si se expone a altas cantidades puede traer falta de aliento y problemas respiratorios.

En su página web, Andreas Kalcker utiliza el artículo 37 de la Declaración de Helsinki de la Asociación Mundial de Médicos como defensa al ejercicio de investigación que realiza.

El Secretario General de la Asociación Mundial de Médicos, Otmar Kloiber, confirmó al equipo de Factchecking.cl que ese artículo no aplica para un tratamiento experimental a múltiples pacientes ni tampoco defiende la promoción de este elemento en tratamientos públicos. 

Al contactar a Kalcker, responde con una serie de documentos sin certificación oficial. Nos envío un enlace a un ensayo clínico publicado en el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos. Sin embargo, después de publicados deben pasar por una revisión de la FDA para ser aceptados y dicho organismo ya advirtió la peligrosidad del dióxido de cloro.

Además, los institutos que acreditan las publicaciones de Kalcker son organizaciones de medicina y estudios alternativos, como la Asociación de Liechtenstein para la Ciencia y la Salud (LVWG). Al buscar información sobre la LVWG, el único estudio que aparece es el de Andreas Kalcker.

En Chile, el dióxido de cloro califica como un químico para utilización en industrias, que sirve para el blanqueamiento de papel y, en algunos casos, en el uso doméstico como desinfectante. Es altamente corrosivo, llegando a generar quemaduras  por su capacidad de penetrar sobre diferentes superficies. Su consumo en forma medicinal está prohibido por el ISP, ya que califica como peligroso para la salud.

El llamado es a no usar este elemento para evitar riesgos en su salud.

 

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