Fact Checking al discurso público del Gobierno 2019 – 2020

Economía y crecimiento

Las proyecciones económicas del Presidente son correctas, pero incompletas

"El año pasado crecimos al 4%. Este año, según el Banco Central, creceremos al 2,5%. Es decir, en promedio, en nuestros primeros dos años, vamos a crecer al 3,25%, cifra que casi duplica el crecimiento promedio del Gobierno anterior y que nos pone en los lugares de vanguardia en una América Latina muy golpeada". Presidente de la República, Sebastián Piñera.

“Hasta el 18 de octubre la economía chilena venía creciendo con fuerza, estábamos creciendo, liderando el crecimiento en América Latina, estábamos creando casi 200.000 nuevos empleos al año, se estaban creando más oportunidades, a partir del 18 de octubre todo cambió”. Presidente de la República, Sebastián Piñera.

Informes del Banco Central, del Fondo Monetario Internacional y la Superintendencia de Pensiones corroboran las palabras del Presidente de Chile en relación al crecimiento económico, tanto antes como después del 18 de octubre. Si bien hay reparos en algunos detalles respecto a definiciones comparativas, los datos son correctos.

Por Ignacia Núñez y Tomás Shejade

La promesa principal de la campaña presidencial de Sebastián Piñera auguraba un amplio progreso y crecimiento económico, acompañado de que se concretara el pleno empleo: si bien el año 2018 dio buenos resultados, en 2019 disminuyeron y se vieron truncados por el estallido social. El presidente se refirió al crecimiento en dos ocasiones. La primera vez en un cadena nacional sobre el Presupuesto 2020, emitida el 19 de septiembre. La segunda vez, en medio de las revueltas, en una entrevista gestionada por la Asociación de Radiodifusores de Chile (Archi), el 16 de diciembre. 

En cuanto a datos duros, Piñera mencionó que Chile había experimentado en 2018 un crecimiento del 4%, indicando también que se esperaba una proyección de 2,5% para 2019, ambas cifras comprobables por el Informe de Política Monetaria del Banco Central de septiembre pasado, el cual cerró con datos al 28 de agosto de 2019, unos 20 días antes de la afirmación del Presidente. 

En relación a esto mismo, también sería correcto afirmar que el promedio de los dos primeros años del segundo gobierno de Piñera es casi el doble que el promedio de crecimiento del gobierno anterior, de Michelle Bachelet. Para hacer esta comparación hay que tener en cuenta el crecimiento, entregado por el Banco Central, en los años 2014, 2015, 2016 y 2017, los cuales son 1,8; 2,3; 1,7 y 1,3 respectivamente. El promedio, por ende, fue de 1,78%, que es un poco más de la mitad del crecimiento de los primeros dos años de gobierno del presidente Sebastián Piñera, con un crecimiento promedio de 3,25%, considerando las proyecciones del Banco Central.

Sin embargo, el 18 de octubre y sus consecuencias influyeron en la proyección, porque según el Informe de Política Monetaria de marzo de 2020, el crecimiento del año 2019 terminó siendo de 1,1%, lo que junto con el 4,0% de 2018, da un de 2,5% promedio en los dos primeros años de gobierno de Piñera, cifra muy cercana al promedio de los dos primeros años de gobierno de Bachelet (2,05%).

¿Liderazgo internacional?

Considerando la afirmación que analizamos, en la entrevista con Archi en diciembre, en medio de las manifestaciones a nivel nacional, el Presidente aseguró que Chile es un líder a nivel regional en términos de crecimiento económico.

Si se considera el crecimiento según el Producto Interno Bruto (PIB), Perú nos igualó con un 4% en 2018. Pero, según el Informe de Perspectivas de la Economía Mundial del Fondo Monetario Internacional (FMI) del año pasado, previo al estallido, se consideraban proyecciones para el cierre del 2019 con un 2,5% de crecimiento para Chile, mientras que para Perú un 2,6%. El mismo informe proyectaba para el 2020, un crecimiento para Chile de 3,0%, mientras que de un 3,6% para nuestro vecino del norte.

Yendo más allá, en el mismo informe del FMI se muestran datos desde el 2011 al 2018, que dan cuenta de que en aquel periodo, el promedio de crecimiento de Perú fue de 4,3% y el de Chile fue un punto más bajo, con un 3,3%.

Al preguntarle a Presidencia al respecto, señalaron que “el liderazgo regional considera tanto el crecimiento económico, como la relevancia de la economía en el contexto Latinoamericano”. Al considerar esta definición, y al hablar con el economista y director de Centro de Estudios en Economía y Negocios de la Universidad del Desarrollo, Cristián Echeverría, este concuerda con que hay que considerar más que solo el crecimiento del PIB para comparar a los países en términos económicos. En este sentido, determina que Chile sí se encuentra como líder en calidad de vida, afirmando que el país “es la economía más brillante de América Latina”.

Sebastián Piñera habla con orgullo sobre una economía chilena que tenía mucha fuerza. Algo que podría ser refutable puesto que el informe del FMI expone que, hasta octubre de 2019, “se ha revisado a la baja la proyección de crecimiento de Chile, tras un desempeño que defraudó las expectativas a comienzos del año”. A su vez, Echeverría dice que el crecimiento que se presentaba en 2019 no era exactamente un crecimiento con fuerza, “era un crecimiento sostenible, sano, era una tasa moderada de crecimiento, pero no crecimiento con fuerza”.

Nuevos empleos

En esa misma entrevista de diciembre, Piñera aseguró: “Estábamos creando casi 200.000 nuevos empleos al año”. Al preguntarle a Presidencia qué datos utilizaban para medir la creación de nuevos trabajos, afirmaron que usan la definición de “ocupados” del Instituto Nacional de Estadísticas (INE). Se utiliza la Encuesta Nacional de Empleo, que, según la página web del INE, “clasifica y caracteriza a todas las personas en edad de trabajar (15 años y más), según su situación en el mercado laboral, identificando a quienes están dentro de la fuerza de trabajo (ocupados y desocupados) y aquellas personas que están fuera de la fuerza de trabajo o inactivos”.

Al comparar el mismo trimestre en 2018 y 2019, se llega a un aumento de ocupados de casi 180.000, lo que efectivamente mostraría un aumento de casi 200.000 nuevos empleos.

Otro detalle sobre la creación de empleos es que al ocupar datos del INE se consideran tanto los empleos formales como informales. Se consideran en esta medición empleos al margen de la ley y que no cuentan con mecanismos de protección social, como fondos de pensiones o de salud previsional. El INE señala que, para las fechas posteriores al estallido social, los empleos informales representaban un 28,5% de la ocupación total, lo que equivale a casi dos millones y medio de personas.

Otro dato que brinda más luces sobre los nuevos empleos y su calidad, es lo que dice hacer Presidencia: comparar el número de cotizantes según datos entregados por la Superintendencia de Pensiones. Al contrastar septiembre de 2018 con el mismo mes del año siguiente, se ve un aumento de 170.000 cotizaciones. Presidencia agrega que “cabe esperar que los empleos totales estén muy por sobre dicha cifra”.

Creíble, pero…

“A partir del 18 de octubre todo cambió”, las palabras del Presidente son muy tajantes sobre los efectos de las manifestaciones. Cristián Echeverría señala que los meses de octubre, noviembre y diciembre de 2019 fueron muy malos para la economía, la cual tenía, previo al estallido, una proyección de 2,5% de crecimiento, pero que terminó cerrando con un 1,1%. Pese a esta baja, agrega también que los primeros meses de este año mostraron una recuperación, con una proyección que podía alcanzar un 2,5%, pero que el coronavirus nos sitúa en recesión, como al resto del mundo. 

El académico de la Universidad del Desarrollo agrega que comparar dos gobiernos, como lo hace el Presidente, es “estirar demasiado el análisis”. Menciona que la economía chilena es muy abierta y dependiente de sus exportaciones, de las que dependen muchos empleos. Echeverría asegura que el 60% de la economía chilena vendría a depender de factores externos, pero menciona que un cambio sustancial en la economía sería imposible “a menos que un gobierno hiciera realmente algo muy malo”, y que medidas como la Reforma Tributaria no son más que ajustes que no han generado un impacto importante en la economía nacional.

Si bien las cifras que entregó el mandatario son correctas en cuanto a lo numérico, Echeverría advierte que algunos detalles que serían más debatibles en cuanto a su uso, como el “crecimiento con fuerza”,  la calidad de los nuevos empleos y el liderazgo regional.

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