Por Benjamín González y Laura Iturrieta
El Cuarto Boletín de Estudios del Fondo Nacional de Salud (Fonasa) de septiembre de este año indica que el sistema público de salud cubre a 13.598.639 personas que correspondería, según la institución, al 74,4% de la población y, en el sistema privado, las isapres le dan cobertura a 3.426.665 personas, es decir, un 18,7% de la población. El 6,9% restante no tiene ningún seguro de salud o pertenece a la Caja de Previsión de la Defensa (Capredena) como funcionarios de las Fuerzas Armadas.
Al sumar estas cifras, la población que no se atiende en isapres corresponde a un 81,3% lo que no concuerda con el 82% planteado por Sánchez. Sin embargo, como en la frase original la suma de porcentajes da 100,8%, suponemos que fue un error de la candidata.
El informe “El sistema de salud chileno: orígenes, transformaciones y desafíos» de la Asociación de Isapres de Chile, publicado en febrero de 2016, señala que un 76% de la población se atiende en Fonasa, un 18% en isapres y un 3% con Capredena. Estos datos no indican la cantidad de personas con las que se calcularon esos porcentajes. Sin embargo, estos conncuerdan, teniendo un margen de error, con lo planteado por el servicio público.
En la cuenta pública de Fonasa de 2016, se expone que el ingreso por imposiciones previsionales es de $1.961.822.760. Por otro lado, el ingreso que tienen las isapres gracias a las cotizaciones legales es $1.627.932.080, según los Resultados Financieros 2015 de la Superintendencia de Salud.
Según estos datos, lo recaudado por Fonasa corresponde al 54,7% del total recaudado ($1.962 millones) por cotización, que se repartiría entre 13,5 millones de personas. El 45,3% de lo recaudado por isapres ($1.628 millones) se reparten entre 3,4 millones de personas.
La recaudación de la cotización del 7% que hace cada persona individual, se divide en rigor en un un 45,3% para los privados y un 54,7% del total para el resto, lo que no se condice con los valores aproximados de 50/50 que planteó la abanderada del Frente Amplio.
Según Alejandra Candia, investigadora de la fundación Libertad y Desarrollo, ambos sistemas de cotización funcionan distinto: “Me imagino que lo que pasa ahí es que no está contemplando el aporte fiscal que recibe el seguro público. De todo lo que tiene disponible Fonasa solamente para gastar en salud 63% es de aporte fiscal y solamente 32% son las cotizaciones. En cambio, el seguro privado solamente recibe precios de plan, o sea, cotizaciones. Yo creo que ahí no se está contemplando el aporte fiscal que reciben los afiliados del seguro público, que son dos tercios de todo lo que se gasta en salud.»
Por lo anterior, los dichos de Beatriz Sánchez son creíbles, pero les falta contexto ya que solo incluyen el aporte de las personas individuales, tanto a Fonasa como isapres, y no los aportes que el Estado hace al sistema público.