Por Isidora Flores
En su última Cuenta Pública, el presidente Gabriel Boric abordó el tema de la seguridad, uno de los ejes centrales de su administración y destacó el aumento en la cantidad de armas destruidas por el Estado, subrayando el significado que esta medida tiene para la ciudadanía.
La Dirección General de Movilización Nacional, organismo del Ministerio de Defensa, es el encargado de coordinar, registrar y supervisar la Ley de Control de Armas, incluyendo el proceso anual de destrucción de armamento, vigente desde 1990. Tras la solicitud del Equipo de FactChecking.cl, se accedió al registro histórico oficial que establece que en los últimos 34 años se han destruido 256.451 armas.
Según este documento oficial, durante los tres primeros años del Gobierno actual se destruyeron 67.007 armas, evidenciando un aumento con respecto a años anteriores. Pero, al calcular la proporción de armas destruidas en los últimos tres años, el resultado corresponde al 26,1%, no al 30% señalado por el presidente. Por ello, la afirmación se considera imprecisa.
Nelson Ruiz, encargado de la fiscalización y recolección de armas de la DGMN, explicó que el aumento de la destrucción de armas “se debe principalmente (…) a la mayor fiscalización por parte de los policías”.
Agregó que en enero de 2025, cuando se publicó la Ley Nº 21.412 que modifica diversos cuerpos legales para fortalecer el control de armas, muchas personas han optado por entregar voluntariamente armas heredadas o que ya no utilizan. Solo entre 2023 y 2024, se contabilizaron 27.514 entregas voluntarias.
Influencia en la percepción de seguridad nacional
Según Pedro Valdivia, ex coronel de Carabineros y consultor en seguridad pública, considera que la destrucción de armas “es bastante poco relevante en términos de seguridad”. Su argumento se basa en que, según cifras de febrero de 2025, existen 733.951 armas inscritas activas en el país, una cantidad casi tres veces superior al total de armas destruidas desde 1990. Además, advierte que estas cifras no consideran al crimen organizado, lo que reduce aún más el impacto real de estas destrucciones en la seguridad pública.
Desde un punto de vista más optimista, Beatriz Hernández, investigadora de Rumbo Colectivo, dice que la destrucción de armas contribuye a reducir el riesgo de desvío de estas o reutilización delictiva. Además, destaca que “no se puede ignorar el impacto simbólico” que tiene esta acción, ya que es “una señal del Estado demostrando su poder de control”. Hernández asegura que tiene un “impacto positivo porque demuestra que el gobierno está ejecutando acciones concretas”.
El Equipo de FactChecking.cl verificó la afirmación y según los datos entregados por la DGMN, la frase es imprecisa. Si bien la cifra mencionada por el presidente Gabriel Boric en la Cuenta Pública correspondiente a las 67.007 armas destruidas es correcta, esta representa solo un 26,1% del total histórico y no el 30% indicado.