Por María Fernanda Barbagelata, Kimberly Bonilla, María José Sara, Isidora Osorio y Trinidad Morel
Fue durante un punto de prensa en la Cumbre de las Américas en Lima el 13 y 14 de abril pasado que el Presidente Piñera dejó en evidencia que la migración es un tema importante para él y que se necesita controlar. Dentro del marco de la oleada de inmigrantes que ha recibido Chile en los últimos años, Piñera se refirió en específico a la elevada cifra de personas que ingresan al país por la frontera norte del territorio. Ante estos dichos, buscamos en la Cuenta Pública 2017 de la PDI, y encontramos cifras que corroboran el gran flujo de personas que entran y salen de Chile por medio de las distintas fronteras de las regiones de la Zona Norte, específicamente el 32,37% de personas que ingresan a nuestro país entran por esta zona.
También en esta instancia se refirió al tema de las minas antipersonales. Éstas son las minas que Augusto Pinochet mandó a poner en la dictadura, ya que pensaba que una invasión terrestre por parte de alguno de nuestros vecinos era inminente, porque habían disconformidades territoriales con ellos. En el país vecino comentó que en esa frontera todavía quedan minas. Sin embargo, recalcó que Chile está cumpliendo con el Acuerdo de Ottawa, asegurando: “de hecho, ya hemos retirado más del 85%”.
En 2002 se creó la Comisión Nacional de Desminado (CNAD), perteneciente al Ministerio de Defensa, para asegurar que se cumpliera lo firmado en el Tratado de Ottawa, el cual consiste en la prohibición del empleo, almacenamiento, producción y transferencia de minas antipersonal.
Según la CNAD, la zona en que más hubo más campos minados activos, era la cercana al mar chileno que limita con Perú en la región de Arica y Parinacota.
El Suboficial Mayor Carlos Rivera, perteneciente a esta comisión, explicó que esa zona tuvo una gran concentración de minas antipersonales, pero que actualmente la gran mayoría están certificadas.
Estos explosivos se remontan a los años 70, cuando hasta 80 minas antipersonales fueron colocadas durante la dictadura militar en el área de la frontera norte del país, para controlar conflictos contra naciones vecinas. En las fotos se pueden ver los tipos de minas utilizadas y la señalética utilizada para informar de su presencia.
En la región de Arica y Parinacota sólo queda un campo minado con despeje en proceso. En la totalidad de Arica, sin embargo, aún quedan ocho sectores por despejar, habiendo ya sido retiradas el 91,01%. Según el informe anual de desminado más reciente, enviado a Naciones Unidas, esta región tiene un total de 1.368.050 metros cuadrados pendientes a tratar. (Ver mapa en detalle)
El Mayor Rivera indica que la ruta por la que más ingresan los inmigrantes ilegales en la frontera norte es por el complejo de Chacalluta –bordeando la aduana (círculo rojo mapa)–, las vías del tren y el borde costero. Para él, a pesar del avance del despeje, la situación actual de minas igualmente supone un riesgo para quienes decidan tomar este camino.
Respecto al Tratado de Ottawa, se puede verificar su cumplimiento en el informe que cada país firmante le envía a la ONU anualmente.
El último informe de Chile muestra las medidas de aplicación a nivel nacional que se han implementado desde la ratificación del tratado en 2002 hasta 2018, como la Ley N° 21.021 que “proporciona reparación y asistencia en rehabilitación a las víctimas de explosión de minas u otros artefactos explosivos militares abandonados o sin estallar” (promulgada el 2017) y la realización de campañas de educación y prevención de riesgo de minas. Además, se muestra el nivel de avance de desminado. Todo esto forma parte del cumplimiento del tratado y reafirma que Chile está cumpliendo.
En cuanto al porcentaje de minas retiradas en la totalidad del territorio nacional, el gráfico más reciente de la comisión correspondiente al mes de abril del 2018, muestra que este asciende a un 86,60%, superando la cifra entregada por el Presidente Piñera.